La única forma de derribar al enemigo es unirse a él. Tengo
que comprar:
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Una cámara de fotos para hacer esta foto.
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Un ordenador –a ser por posible portátil y así poder
llevármelo a la playa- con memoria de vaca RAM en el que descargar las fotos y
guardarlas en carpetas, unas carpetas amarillas chiquitas que al abrirlas o no
hay nada o está ahí metida toda una década. O más.
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Otro más pequeño con memoria de pez para escribir este
texto.
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Una conexión a Internet para poder colgar esta foto y
este texto en un blog que se llame www.clicytac.blogspot.com.
Una conexión que me permita ver en tiempo real el fútbol.
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Un poco de alcohol 98 para pasarle con un paño a este
escaparate.
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Un rascador de hielo para coches para despegar el papel
y el pegamento de esta pegatina.
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Un móvil –quizá un IPhone-
para avisarle a mi amigo de que ya he limpiado el cristal y de que enseguida le
mando el texto y la foto.
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Una caña y un agua para celebrar que arrancamos. Unas
rabas tomaremos. Y más cañas.
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Langostinos –frescos- para congelar para el 24. Salen
mejor de precio. El 24 ya compraré percebes. Mucho alcohol, por si viene
alguien a casa y se me ha acabado el 98.
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Unos 10 o 12 regalos. Ya veré a quién se los doy.
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El disfraz de Nochevieja. Es tradición.
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La compra de la semana.
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Un coche nuevo.
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Una casa.
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Ropa, que solo tengo 12 camisas, 9 jerseys, 7 pares de
zapatos, 6 de pantalones, 8 abrigos, 37 camisetas, 15 calzoncillos, 73 pares de
calcetines, 4 bufandas, 3 gorros, 2 chandals, 5 zapatillas de deportes y 1
gorro ruso. ¡Viva la revolución del 17!
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Dos paquetes de tabaco para hacer el día.
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Una pistola.
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Una bala.
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Una entrada de cine para ver alguna película
comprometida.
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Otra para ver otra que no me comprometa.
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Algo para el ardor de estómago.
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Una pegatina nueva para pegar encima de Aquí Servired: tu cajero automático.
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Una en la que se pueda leer: ni siquiera lo intenté.
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Una sonrisa permanente.
Todo esto antes de las 12. La vida es muy compleja si tienes
un objetivo. Si no lo tienes, también. Hoy hay juevintxo. Y cenas de empresa. Y mañana comidas de empresa. Y
cenas. Y pasado.
La única forma de derribar al enemigo es unirse a él.
¡Feliz Navidad!