jueves, 19 de enero de 2012

Los tres tenores

‘Un barco de papel, con mi niña yo me iré, si es necesarioooooo.
La llevaré a una cabaña, que yo compré en la montañaaaa.
Y que pagué con mi perro, mis poemas y mi guitarraaaaa.
Y ahí, los dos vivireeeeeeeemos.
Y haremos un huerteciiiiiillo.
Y venderemos sus frutos.
Pa recuperar mi perro, mi guitarra y mis versillos’.

-    Esa es muy bonita, Brizna.
-    Lo sé.
-    ¿De quién es?
-    De Manuel.
-    Mía qué va a ser, Brizna.
-    Nunca saldremos de ‘honraos, contigo’. No te enteras. Manuel Molina.
-    No lo conozco.
-    Eso ya lo supongo. No sé cómo me casé contigo.
-    ¿Por el huertecillo?
-    Vamos a dejarlo, vamos a dejarlo, que hay trabajo.
-    Brizna, como hermano tuyo que soy…
-    Si no quieres tocar el acordeón, no la toques, pero ‘callao’ un rato ya estarás o qué.
-    Que digo…
-    ¿No has oído a Brizna?
-    No oigo otra cosa desde el 53.
-    Payos, al jaleo, que llegan turistas. ¿Volando voy?
-    Vamos allá.
-    ¿Y si cantas esa de Manuel?
-    No está hecha la miel para la boca del asno. Esta gente que viene a la trasera del Teatro Real es muy de grandes éxitos.
-    Pero es una pena perder ese arte que tú tienes, Brizna.
-    Eso me dijo la mama cuando me casé contigo.
-    Te quiero.
-    Y yo.
-    A mi está situación de carabina me empieza cansar.
-    ¡Tú naciste cansao! ¡Volando voy! Amos.
-    Enamorao de la viiiiiiiiida, aunque a veces dueeeeeeeele…


-    ¿Has visto, Jesús, esas minorías étnicas, que bien cantan? Échales unas monedillas.
-    Aún si cantasen ‘Las Bulerías de Manuel’…
-    ¿El qué?
-    Nada, nada.